jueves, 12 de marzo de 2009

Los riesgos de un fraude

ARENA haría cuando pueda para impedir el triunfo de la izquierda

Por Luis González

El fantasma del fraude ha cobrado fuerza en la actual coyuntura del país, cuando se está en la recta final del proceso electoral del 2009. Es claro que ARENA hará cuanto esté a su alcance para impedir salir derrotado en las elecciones del 15 de marzo. Ahora bien, dentro de esas cosas que posiblemente se harán, no es improbable que las prácticas fraudulentas ocupen un importante lugar.

O, en otras palabras, ante la eventualidad de la derrota, no sería extraño que en ARENA cobrara fuerza la tentación del fraude, como último recurso para evitar un revés electoral en las próximas elecciones presidenciales. Las opciones para hacer trampa son múltiples y, si se tienen los recursos y los ánimos para jugar sucio, aquellas opciones pueden irse tomando una a una. Además, la institucionalidad en materia electoral es débil y, por ello, proclive a amparar y/o encubrir violaciones descaradas a la legalidad.

A algunas mentes perversas la idea de realizar un fraude electoral quizás les resulte atractiva, por aquello de que el fin siempre justifica los medios. Sin embargo, hay cosas que en política (o en otras esferas de la vida) no están permitidas, no sólo por razones morales, sino en razón de las consecuencias perniciosas a que pueden dar lugar. Es decir, hay cosas que pueden hacerse no sólo porque son malas, sino porque son peligrosas.

El fraude es una de ellas. A lo mejor, los reparos morales –lo sucio y bajo de esa práctica— les importen poco a quienes han decidido jugar con esa carta; empero, sí deberían importarles los riesgos que se correrían en El Salvador de ser evidente que hubo una traición a la voluntad popular expresada en las urnas.

Sobrarían quienes estarían dispuestos a defender su voto por distintos medios, incluidos la protesta social abierta. Esto último abriría las puertas a la inestabilidad, el desorden y la violencia socio-política, con lo cual lo poco que se ha conseguido en materia de democratización se vería seriamente amenazado. En una situación así, no habría ganadores, solo perdedores. Y el gran perdedor sería el país en su conjunto.

En este sentido, la apuesta por el fraude es una apuesta descabellada. De ser llevada a efecto, pondría de manifiesto la enorme irresponsabilidad de sus auspiciadores y ejecutores. Y se repetiría una práctica de consecuencias nefastas que los salvadoreños y salvadoreñas creíamos algo del pasado. Nada bueno dejaron los fraudes de 1972 y 1977, cuando el PCN se valió de ellos para impedir que la UNO no se hiciera de un poder que la gente le había otorgado en las urnas. Esos fraudes fueron dos factores que, entre otros, contribuyeron a desencadenar la crisis política que desembocó en la guerra civil.

Nada bueno dejaría un fraude en el presente. Así que quienes están pensando en llevarlo a efecto, deberían meditar bien sobre las consecuencias negativas que el mismo tendría en la estabilidad del país. Suficientes problemas tiene el país como para añadirle otros por el mero afán de conservar el poder a toda costa.(FIN/09.03.09)

El país debe cambiar de dueños

Hay que reconocer que la nación, desde el principio, comenzó mal su historia. Desde la declaración de independencia en 1821, cuando los próceres escribieron que la promulgaban “antes de que el pueblo la declare por sí mismo”, la elite criolla mostró ser de orientación antipopular y falsamente patriota. Se mostró incapaz de mantener unida la nación centroamericana, la cual terminó fragmentada en cinco patrias, cada una de ellas de dudosa viabilidad económica. Cinco aparatos de estado al servicio de ricos hacendados y grandes comerciantes. El poder se organizó a espaldas de la masa popular.

En 1832 el nonualco Anastasio Aquino, con su levantamiento, acabó de meterles el miedo en el cuerpo a los poderosos. Tan sólo medio siglo más tarde, para cuando las reformas liberales, ya lo tenían claro: el progreso, según ellos, pasaba por eliminar las tierras de propiedad común. El decreto de 1880 de abolición de tierras comunales y en 1881 el de extinción de ejidos representaban la privatización de la tierra. La masa campesina era desposeída, expropiada, empobrecida, sacrificada. Todo ello a nombre del progreso y la modernización.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Denuncias autobuses con nicaragüenses y hondureños

Habitantes del municipio de Antiguo Cuscatlán denunciaron la presencia de varios autobuses procedentes de los departamentos de Morazán y San Miguel, que trasladaban a personas de nacionalidad hondureña y nicaragüense, quienes presuntamente podrían ejercer el voto ilegalmente el próximo 15 de marzo.

Las denuncias fueron constatadas por observadores de Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Local y la Democracia (FUNDASPAD).

Leer más en www.diariocolatino.com/es/20090310/portada/64577/

El Salvador secuestrado

Por Leonel Flores

La agonizante, ¡a Dios gracias!, campaña electoral, tuvo diferentes matices desde su comienzo, lo que mas impresionó es la polarización político-ideológica existente en nuestro querido país.

De aquí surgen muchas interrogantes, ¿a quien le conviene la polarización política? ¿Quiénes se benefician de propiciar tanto odio entre los salvadoreños? ¿Quién gana o pierde cuando Juana y María venden juntas en el mercado pero no se dirigen palabra por que una es “derechista y la otra es izquierdista”? Esto es sólo es una parte de las experiencias vividas por la sociedad civil en este proceso electoral.

El dato más revelador en este proceso es el hecho que nuestro país está sumido en una Dictadura Civil: secuestrado por un grupo de poder que envalentonado por la dominación de las Instituciones del Estado se burla cuando quiere y como quiere de la Constitución y, hasta, del pueblo en general.

Se dejó claro, en primer lugar, que el oprimido está tan arrinconado a una violencia estructural que no le queda más que buscar refugio en la sombra del opresor a cambio de migajas. Además, que no solo el oprimido está exento de ser manipulado por la derecha oficialista sino también el lacayo que quiere estar por encima de los demás y se vende al mejor postor.

Estoy seguro que el pueblo sabe a quien le favorece la polarización y la mentira, el pueblo está cansado de las mismas amenazas y ofertas pre-electorales. Será el mismo pueblo el encargado de recuperar nuestro país, convencidos todos de que es ridículo lo que dicen los del gobierno: que se va a entregar El Salvador cuando la realidad es que ya hace ratos fue entregado a este grupo de capitalistas areneros que hoy se aferran a mantenerlo secuestrado. Los salvadoreños y salvadoreñas saben que ARENA ha llegado a ser la expresión mas baja de la política y que ha gobernado para unos pocos…muy pocos. Y por si esto fuera poco, la publicidad tendenciosa a favor del gobierno en curso es pagada con fondos del Estado o con negociaciones de amigos/socios/correligionarios y políticos que dejaron a un lado lo más valuable que podrían tener: sus principios.

En la tal alianza por el continuismo y el control del poder ARENA no sumó voluntades, sino que las negoció, no le importó si el que se une es o ha sido criminal de cuello blanco, estafador, corrupto, evasor de impuestos, o peor aún si este o estos han tenido un pasado oscuro o se han aprovechando de la buena voluntad de los salvadoreños. Lo importante era que estas personas cumplieran con el requisito de unirse a la campaña sucia y mentir descaradamente. A cada uno de ellos el pueblo ya los conoce.

Y finalmente, ahora llego el tiempo de las mayorías al votar por Mauricio Funes… a El Salvador no lo estamos entregando, lo estamos Salvando todos del secuestro en que lo ha tenido ARENA ¡por mas de 20 años!

martes, 10 de marzo de 2009

Una generación que pide alternancia


Zicri Montiel

Son muchas las cosas que pasan por la mente de los jóvenes que por primera vez estaremos en la facultad de votar en una elección presidencial. Salvadoreños y salvadoreñas que rondamos los veinte años de edad; sin duda, podremos llevar ritmos y estilos de vida diferentes, pero nos unen tres cosas: nuestra juventud, el hecho que vivimos en un mismo país y el afán tan grande de ver un El Salvador diferente al actual. Por ahora somos una generación que ya se hace sentir en la sociedad, cada quien trabajando con entusiasmo y honestidad por tratar de mejorar nuestra propia realidad.

Veinte años ha vivido El Salvador desde que el primer gobierno de ARENA se instaurara en 1989, desde entonces cuatro administraciones consecutivas de este partido nosotros los jóvenes hemos visto pasar; y a lo largo de la campaña política que esta por terminar el partido oficial y sus instituciones de fachada buscaron desviar nuestra atención y apostaron por trasladarnos a la década del conflicto armado y situaciones dispares de otros países de América Latina, y lo hizo así porque los jóvenes donde encontramos experiencias y elementos de juicio palpables para reflexionar nuestra primera gran decisión en las urnas es en la época de posguerra y no en la década de los ochenta. Del episodio del conflicto armado lo único que nos alienta a los jóvenes es esa visión de país que adoptaron ambas partes para terminar el enfrentamiento bélico, por lo demás, ambos cometieron excesos, uno más que el otro, pero excesos al final de cuentas; Acuerdos que fueron firmados ante los ojos del mundo y en cuya indisolubilidad debemos ser fieles creyentes.

Es esa realidad sombría la que debe llevar a reflexionar nuestra decisión, teniendo claro que no esta en juego el sistema, el cual dicho sea de paso esta contemplado constitucionalmente y que esta sabiamente blindado para garantizar la estabilidad democrática cuando haya alternancia, no esta en juego la libertad de expresión, de culto o de movilización, no esta en juego la autodeterminación de los salvadoreños y su derecho a cosechar lo merecido producto de un esfuerzo individual honesto y diferente para cada quien en un esquema de igualdad de oportunidades que es lo que no ha existido hasta ahora, no están en juego las inversiones extranjeras que ya se instalan en el país y que han estado impulsando importantes fuentes de trabajo ni aquellas inversiones con especial interés de llegar a corto o mediano plazo, todo lo anterior esta amparado constitucionalmente. Lo que esta en juego no son siquiera políticas conservadoras sensatas como ha ocurrido con gobiernos conservadores responsables en Europa, sino una forma atrasada, patrimonialista y continuista de hacer gobierno que se refleja en la candidatura presidencial del partido oficial que proviene del seno de las gestiones fracasadas de seguridad publica y del seno de esa argolla política que se apoderó del gobierno en la administración Saca y cuya forma de gobernar busca continuar en tal candidatura; lo que esta en juego es la posibilidad de incursionar a la modernización y globalización con una forma humanista y solidaria de hacer política o continuar con políticas económicas que ven a la persona humana como una divisa mas…Así ha sido por veinte años.

Hoy, en una coyuntura nacional e internacional atípica la patria nos convoca por primera vez a una elección presidencial a todos los que vamos desde los dieciocho hasta los veintidós años de edad, qué ingenuidad la de aquellos políticos que creen que aun somos una juventud manipulable que se mueve como si fuese una veleta con promesas, con tintes populistas como asegurar que se crearan 250 mil empleos, que en el 2014 seremos un país de primer mundo como el candidato oficialista declaró en el ENADE-2008, o decir que la economía crecerá al 6% en una coyuntura internacional adversa, cuando la CEPAL pronostica un crecimiento máximo del 1.9% en la región para el 2009, y que nuestro país sería el que menor crecimiento experimente, tal como lo vaticina J.P. Morgan incluso hasta caer a un -0.9%.

Sin duda, el origen de los grandes problemas del país radica en el hecho que no ha existido un afán de excelencia en la gestión de muchos. Al dejar que actúe la mediocridad, la indiferencia y la indecencia que contraría la Ley, no se permite que el país se encarrile en las vías del desarrollo, ya que mientras no se contrarresten esas prácticas bochornosas en las funciones que rigen las circunstancias nacionales, jamás podrá consolidarse un Estado pleno. Esta es la historia que ya se escribió, y la que en nuestras manos está continuar no solo escribiendo, sino también redactando de la mejor manera posible, con el fin de no dar lugar a ningún error ya cometido, no dar espacio al silencio o prudencia extrema carente de propuestas, carentes de coraje porque eso escribe de por sí líneas muertas en la historia de nuestro querido El Salvador, de las cuales por cierto ya hay escritas muchas y han ensombrecido por mucho tiempo nuevos entusiasmos y anhelos.

Por ahora, somos una generación con esperanza en una era de información donde debe prevalecer en nuestras conciencias la firme y real convicción que nuestra Patria no merece que los próximos cinco años sean igual que los últimos veinte. Por todo esto, los jóvenes debemos ir con entusiasmo a votar, más que por un partido o proyecto político, atendiendo la cita con la historia, con el país y las enseñanzas cristianas que nos hayan inculcado, ir con esperanza, pidiendo a Dios discernimiento, viendo al futuro, informados y despojados de todo temor a la alternancia que se ha tratado de infundir, pues la Patria merece y exige decisiones plenas, honestas, pero sobretodo LIBRES y un voto con miedo es un voto sin Libertad.

Veinte años: No existe hoy en el mundo un país plenamente democrático donde un partido permanezca tanto en el gobierno, ¿Sabes por que estas democracias evitan eso? Porque el poder cuando no se renueva deja de ser un gobierno de todos para convertirse en un gobierno de unos pocos.

Frente a la boleta de votación tendremos dos opciones: el continuismo, esa forma patrimonialista y mercantilista de hacer gobierno y la oportunidad de un cambio con certidumbre, seguro y garantizado constitucionalmente.

A pocos días de estas históricas elecciones presidenciales, te exhortamos a que acudas a las urnas, que no te restrinjas la oportunidad a ser protagonista de la esperanza. ¡Da un chance a lo Nuevo!

Basta de campaña sucia

Edgardo Hernández

Las presentes elecciones se han caracterizado por una publicidad atemorizante para los salvadoreños y las salvadoreños, y de esa manera presentar solamente una opción de gobierno, el partido oficialista, el cual, por cierto, nos ha engañado durante 20 años que ha estado en el poder.

La campaña de ARENA ha sido manejada con calumnias, miedos, y negaciones al debate abierto. La nula participación en conversatorios juveniles. El partido de gobierno con su campaña ha querido deslegitimar el plan de gobierno del FMLN como una copia del plan de su partido. Dato totalmente falso, ya que el FMLN presentó su plataforma con mucha antelación a la presentación de Arena, sólo para recordar, el FMLN presentó sus plataformas en Agosto del año pasado y Arena lo hizo hasta inicios de este año. ¿Quiénes engañan a la población?

La campaña sucia presentada por ARENA nos muestra una vez más que no les interesa dar opciones de gobernabilidad sino que desestabilizar a la izquierda salvadoreña, en otras palabras, han creado y vendido la imagen de que el FMLN es un partido que llevara al país a la ruina. La gran interrogante que surge es ¿quién es el que ha gobernado 20 años para un pequeño grupo y no para la población en general?

Los argumentos de Arena son cansados ya que cada elecciones es la misma historia; escuchar a los empresarios decir que se irán del país si gana el FMLN, que nuestro país será gobernado por otros mandatarios, que nuestro país será dirigido por asesinos, será que no recuerdan la historia ––¿Quién ordenó la muerte de Monseñor Romero, los Jesuitas, la matanza del Mozote, entre tantas otras–– mencionan que Mauricio Funes es un hombre que desprestigia a las mujeres cuando la misma Regina Cañas a desmentido públicamente ––en la 102.9–– las cartas que tienen su firma ––firma falsa, por cierto––, mencionan que la izquierda dará lineamientos militares a nuestros hijos y la Escuela Militar ¿Qué hace?, y al mismo tiempo mencionan que si llegara a faltar Mauricio Funes nuestro presidente será Salvador Sanchez ¿será que están pensado en matarlo?.

El desprestigio que ARENA esta dando con sus campañas denominadas: “Vota con Sabiduría” y “Yo no entrego al Salvador”, sólo nos muestran la prepotencia con la que los areneros se perpetúan en el poder y no permiten al pueblo salvadoreño elegir libremente a quien quieren que gobierne el país.

Salvadoreño piensa tu voto y confía en Mauricio Funes, ya que es un candidato que representa un cambio para nuestro país y será alguien que luchara por todos los salvadoreños, no ha hecho promesas que no se pueda cumplir con trabajo, confía en él y vota por el FMLN este 15 de marzo.