jueves, 23 de julio de 2009

Tomado de Cuba debate

Las Líneas de Chávez: La unidad de Nuestra América se consolida, cobra fuerza en el concierto de las naciones y levanta su vuelo libertario.
El zarpazo neofascista que un grupo de gorilas militares y civiles ha perpetrado contra el presidente Zelaya, hay que pensarlo dentro de las siguientes claves: quieren cobrarle al Gobierno hondureño su incorporación al ALBA, su identificación con quienes aspiran a un mundo de mayor dignidad y justicia. Quieren cerrarle las puertas a una nueva historia y salirse con sus oscuros privilegios por el basural del fondo.

Pero en su ceguera, no se dan cuenta de que están atrapados por un fatal anacronismo y una falta total de sentido histórico.

Se ha dicho, con verdad, que el golpe de Estado hondureño es contra todo lo que se encarna en estas cuatro letras: ALBA. La Alianza Bolivariana no sólo es una urgencia histórica sino la vía inexorable para hacerle frente a la crisis estructural del capitalismo y, por eso mismo, el instrumento unitario de mayor voluntad política a la hora de actuar en función de la impostergable unidad de Nuestra América.

De allí que buscaran golpearla, así lo he dicho, por su flanco más débil.

Justamente por eso, lo más nauseabundo de la sociedad hondureña, a punta de fusiles, el domingo pasado amaneció de fiesta. Apestando a pólvora y a soberbia, creyeron que podían quebrar la esperanza de un pueblo.

Pero el sentir de un pueblo es inocultable cuando ha decidido ser libre. El deseo de transformación se siente hasta en el aire hondureño, por eso vemos en las pantallas a los soldados buscando a un enemigo fantasmal: los gorilas les han ordenado sembrar el terror, por el terror que le tienen al pueblo.

Estos traidores a la Patria jamás podrán entender el fuego sagrado de Morazán. Su verbo acusador de ayer, se dirige hoy contra ellos y contra todo lo que representan: “Hombres que habéis abusado de los derechos más sagrados del pueblo por un sórdido y mezquino interés, con vosotros hablo, enemigos de la independencia y de la libertad”.

Recordemos en medio de esta batalla por la independencia, la voz del joven coronel Simón Bolívar en su memorable intervención pública del 3 de julio de 1811 en la Sociedad Patriótica: “vacilar es perdernos”.

“Es la hora de los hornos”, dijo Martí.

¡Es la hora de los pueblos! ¡Es la hora del futuro! ¡Sin vacilar, Venceremos!

A propósito de la Influenza A H1N1 y su cobertura mediática

C. Marchelly Funes

Desde el uno de junio, las autoridades de Salud Pública han brindado informes permanentes de la situación de la Influenza A y su desarrollo en el país.

Los informes emitidos por las autoridades de salud han detallado desde las características en las que encontraron la institución y sus dependencias, la situación epidemiológica del país y en la urgente necesidad de reforzar el presupuesto de esta cartera.

Las grandes empresas de difusión masiva, como es ya costumbre, se han enfocado y centrado en el tema de la influenza A, generado pánico colectivo en la sociedad salvadoreña. Sus lecturas, como también era de esperarse, han sido diversas, la mayor parte de ellas negativas en cuanto al manejo que el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), ha hecho de esta pandemia. En todo caso, los medios deberían persuadir a la población para que acate las medidas preventivas que emite salud y no para generar un caos social.

¿Cómo han manejado los mass media el tema de la influenza tipo A?
Pues, como se apuntara en líneas anteriores, las lecturas han sido diversas, pero la mayor parte de veces amarillistas y negativas. De hecho, hay medios que puesto entre dicho la capacidad de gestión de la Ministra y su equipo de trabajo. Los principales abordajes mediáticos han sido: en primer lugar que la influenza se encuentra fuera de control en el país; en segundo lugar, que la red hospitalaria está colapsando y que no hay medicamento para la influenza. El tercer enfoque elevar el tipo de alerta para tener acceso a mayores recursos. Hay más énfasis pero estos insumos son suficientes para demostrar el mal manejo que se esta haciendo de la Influenza.

La situación epidemiológica que nos muestran, los medios, refleja un descuido total de las autoridades de salud y poco interés de estas por resolver dicho problema, y es que ha juicio de los detractores mediáticos, no se han seguido los mecanismo idóneos para combatir la gripe A, un factor que ellos olvidan, no saben o no quieren precisar es que los decesos que se han dado en el país no necesariamente se deben a la Influenza A H1N1 sino que las víctimas presentaban cuadros clínicos graves y el tiempo en el que se les detecto la influenza fue tardío e insuficiente para evitar las muertes. Es pues, las medidas necearías han sido tomadas para afrontar los brotes de neumonías, gripes comunes e influenza A. El principal problema es que la población no colabora acatando las medidas (sanitarias) para evitar el contagio o para dar tratamiento al mismo una vez confirmado.

En definitiva, las autoridades de salud deben reforzar los mecanismos de prevención, montar un monitoreo constante de las gripes a nivel nacional o en las zonas alto riesgo. Por otro lado, también hay que hacer del conociendo público los logros del sistema de Salud Pública, como lo son la reducción de los casos de neumonías que durante periodos anteriores a este han cobrado muchas vidas de infantes y sin tener el agravante de una pandemia: la influeza A H1N1.
(*) Comunicadora Social

Necesidad de un nuevo sistema tributario

Luis Armando González (*)

Hay un consenso acerca de la precariedad casi absoluta de las finanzas públicas

En otros graves problemas que enfrenta nuestro país en estos momentos, destacan los económicos que urgen ser planteados y discutidos con la mayor profundidad y seriedad. En lo inmediato, está el delicado tema de las finanzas públicas que deben ser fortalecidas cuanto antes, pues de eso depende no sólo el aporte que el Estado pueda dar al desarrollo económico, sino la atención estatal a las demandas sociales más urgentes –las derivadas del impacto de la crisis y las que de carácter más estructural, previas a la crisis—.

Todo parece indicar que hay una especie de consenso acerca de la precariedad casi absoluta de las finanzas públicas. Más aún, parece haber consenso acerca de la necesidad de hacer algo al respecto. Las posturas discordantes surgen cuando se plantea el asunto de las responsabilidades –es decir, cuando se hace la pregunta: ¿por qué quebraron las finanzas públicas?— y cuando se lanza al ruedo la propuesta de crear un nuevo sistema tributario.

Lo primero no es bien visto por quienes, de una u otra manera, están vinculados a ARENA. Saben que un debate sobre la responsabilidad en la situación crítica de las finanzas públicas apuntaría irremediablemente a la gestión de gobierno realizada por ese partido.

Ahora bien, discutir sobre esa responsabilidad es de primera importancia porque las administraciones de ARENA no sólo no cuidaron la salud financiera del Estado, sino que toleraron los malos manejos de los recursos públicos. En ese sentido, la rendición de cuentas se impone como una exigencia ética, política y jurídica irrenunciable.

Lo segundo –la discusión de un nuevo sistema tributario— no es bien recibido por algunos sectores vinculados a ARENA porque enseguida ven en el horizonte la posibilidad de que ese nuevo sistema sea de carácter progresivo. Están satisfechos con el existente –que es de carácter regresivo— porque, después de todo, las ganancias de las grandes empresas están a salvo. No entienden que la única manera de rescatar al Estado de la quiebra financiera en que lo dejaron las administraciones de ARENA y de alcanzar una verdadera justicia tributaria es cambiando el sistema vigente.

Es imposible que el Estado salvadoreño pueda cumplir sus compromisos sociales, de inversión pública y de endeudamiento si no cuenta la solidez financiera suficiente. Y esta sólo podrá lograrse con un sistema tributario sostenido no por las clases medias y los sectores populares, sino por los ricos más ricos de El Salvador.

(*) Politólogo