lunes, 3 de agosto de 2009

A propósito de la coyuntura gubernamental: el desempeño social y político de la prensa salvadoreña II

C. Marchelly Funes

En la edición anterior se reflexionó sobre el necesario protagonismo de la sociedad civil para la transformación del estado actual de las cosas. Se hizo una valoración sobre cómo los gobernantes deben ceder poder a la sociedad civil, para que de una vez por todas ésta tome parte de las decisiones nacionales en lo social, político, económico, medio ambiental, etcétera. Se dijo, “dar esa oportunidad a la sociedad civil haría del nuevo gobierno, un buen gobierno, digno de marcar la pauta”. La misma lógica funciona para la prensa: dar esa oportunidad a la sociedad civil haría de los medios de comunicación, buenos medios, dignos de marcar la pauta. Y es que los medios de difusión de masas, tienen una responsabilidad histórica.

Desafío histórico

Hoy el espacio público del país se descompone en numerosos espacios públicos diferentes, en función de los “media”, de los temas, de las personas y de los lugares. Para formar democráticamente a la opinión pública, estos espacios deben lograr integrar las voces marginales. Debe poder constituirse como una caja de resonancia de los problemas sociales globales, siendo receptiva a los impulsos que emanan de los mundos privados vividos. Porque nosotros, los ciudadanos, medios, extraemos el balance de los problemas sociales en la moneda de nuestras experiencias vividas, sea como miembros de una comunidad, como clientes, como usuarios o como consumidores.

Es decir, la regulación del espacio coyuntural no se debe limitar al debate “formal” entre políticos en algunos espacios mediáticos, sino que, los medios de comunicación deben dar apertura para que la gente de a pie (es decir, sin acceso al poder) dialogue con igualdad de condiciones con los políticos y sus representantes.

Los medios y/o periodistas que logren captar esta responsabilidad histórica para con la sociedad civil, una responsabilidad que en sí es también un desafío, estarán dando un paso importante y audaz.

La prensa ¿el cuarto poder?

Desde una perspectiva idealista, se ha llegado a considerar a l prensa como el “cuarto poder”. Cuando Montesquieu expuso la separación de los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), también mencionó la idea de un poder regulador y moderador de esos tres poderes. Con el auge y poder de la prensa en el siglo XX, se consideró que ese “cuarto poder” finalmente había encontrado una forma concreta.

Con el pasar del tiempo, el “cuarto poder” no ha cumplido con el ideal de moderar a los otros poderes, sino, por el contrario aquí la mayoría de medios obedecen a intereses económicos ––llegando a ser parte del poder económico–– en alianza con cualquiera de los sectores influyentes del país. El caso de la prensa escrita salvadoreña, no toda, pero sí la de mayor circulación y cobertura, puede servir como perfecta ilustración de lo dicho.

La única alianza mediática que podría llevar a la prensa a constituirse en el “cuarto poder” es una con la sociedad civil, constituyendo así un poder capaz de generar propuestas constructivas para los tres órganos del Estado.

La prensa salvadoreña, en general, parece responder más a los intereses de sus dueños, afiliados, clientes y amigos, olvidando su función social.

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